VUELTA AL COLE

Comienza el curso escolar, vemos , un año más, como los niños van con sus mochilas cargadas de ilusión, nervios, incertidumbre, de ganas de volver  a ver a sus amigos, de conocer al profesor de éste año, de contar sus experiencias de verano, de sentir esos nervios en el estómago.

Un año más, donde los padres se han quedado con la pena de dejar a sus hijos en el colegio o en la guardería,  quedarse pegados a la ventana de la clase para poderlos ver como se quedan...e irse con el corazón triste por dejar en esa clase, a lo que más quieren, pero que por sus bien, tienen que dejar que se vayan haciendo personas independientes...

Son una mezcla de sentimientos contradictorios, por una parte el saber que van creciendo y van siendo independientes y que tienen que ir abriéndose camino en ésta vida...y por otro lado , te encantaría ir, abrir la puerta de la clase, abrazarlos, y quedarte alli, junto a ellos toda la mañana...sintiendo sus manos en las tuyas y viendo sus caritas tiernas mirarte absortos y felices.

Pero nos quedamos con las ganas, hacemos como que no nos importa el ver esas lagrimas caer por sus caritas y les animamos a que crucen el pasillo y vayan ellos solitos a su clase...como unos campeones!!
Así es la vida...hace poco éramos nosotros los que nos aferrábamos a la falda de mamá y les suplicábamos que no nos dejara allí...la vida es tan corta, pasa tan deprisa...y está llena de malos ratos...con los que uno va madurando.

Cuando queramos acordar, nuestros hijos ya serán grandes, y todos esos malos ratos de los principios de curso, se quedarán en el recuerdo...pero hasta ese momento, nos quedamos con el presente, los llantos de algunos niños a la entrada del colegio, la desesperación de esos padres que se van a trabajar con un nudo en la garganta, y acordándose toda la mañana de cómo estarán en ese nuevo sitio para ellos....esperando pase pronto y ver de nuevo sus caras de felicidad al recogerlos...sus sonrisas y su besos, que nos quitan todas las penas.